miércoles, 29 de abril de 2009
Gontzal dijo...
Esperamos ver fotos, me alegro de que todo haya llegado y sobre todo de que sirva para hacer un poco más felices a estos niños.
LAS CARAS DE FELICIDAD DE LOS LEONES DEL CONGO
Y por fin… el material ha llegado a los Leones del Congo
Después de varios meses de esperanza 140 niños han recibido el material donado por la Fundación Atlhetic… La entrega estaba programada para el domingo antes del partido entre el Atlhetic Club de Lwiro y Los Leones de Kahungu. Bajo el mismo árbol en el que seis meses atrás cantaban el himno como regalo al Atlhetic, hoy esperaban radiantes cualquier cosa que les diéramos. Así son estas personas cualquier cosa por mínima que sea provoca una sonrisa y un agradecimiento desde el corazón.
Los “futbolistas” por primera vez en su vida han recibido, vallas de entrenamiento, conos, material de salto, camisetas y pantalones de un equipo oficial de primera división… todo de parte de un Club de fútbol agradecido por aquel increíble himno que cantaron.
La Fundación Barça también ha donado la camisetas y pantalones para 22 niños, esto ha hecho posible llegar a los tres equipos.
Al terminar y todos ya guapísimos con las diferentes equipaciones nos han regalado un baile y cánticos congoleses, ¡llevan el ritmo en el corazón!
Así hemos ido, en un desfile improvisado, y con cabra incluida, hasta el campo donde se jugaba el encuentro, a ritmo de baile han calentado y después ha comenzado el partido.
David, presidente de Coopera, y el capitán de los leones en el saque de honor.
Después de varios meses de esperanza 140 niños han recibido el material donado por la Fundación Atlhetic… La entrega estaba programada para el domingo antes del partido entre el Atlhetic Club de Lwiro y Los Leones de Kahungu. Bajo el mismo árbol en el que seis meses atrás cantaban el himno como regalo al Atlhetic, hoy esperaban radiantes cualquier cosa que les diéramos. Así son estas personas cualquier cosa por mínima que sea provoca una sonrisa y un agradecimiento desde el corazón.
Los “futbolistas” por primera vez en su vida han recibido, vallas de entrenamiento, conos, material de salto, camisetas y pantalones de un equipo oficial de primera división… todo de parte de un Club de fútbol agradecido por aquel increíble himno que cantaron.
La Fundación Barça también ha donado la camisetas y pantalones para 22 niños, esto ha hecho posible llegar a los tres equipos.
Al terminar y todos ya guapísimos con las diferentes equipaciones nos han regalado un baile y cánticos congoleses, ¡llevan el ritmo en el corazón!
Así hemos ido, en un desfile improvisado, y con cabra incluida, hasta el campo donde se jugaba el encuentro, a ritmo de baile han calentado y después ha comenzado el partido.
¡El Atlhetic Club de Lwiro ha ganado 4-1 y se lo han dedicado al Atlhetic! creo que la afición de la catedral no puede pedir más.
sábado, 11 de abril de 2009
Al volver a Bukavu se ha desatado una de esas tormentas que solo los que han estado en el trópico pueden hacerse a la idea. De pronto hemos visto dos tanques dirigiéndose al norte y mis compañeros se han puesto algo nerviosos,-dicen que es la primera vez en dos años que ven vehículos militares en esa carretera-. Al cabo de media hora de baches y cortinas de agua hemos encontrado un fila de vehículos parados. Sin pensarlo he saltado del coche para ver lo que pasaba y algunos se han puesto histéricos temiendo por nuestra seguridad, pero simplemente es un enorme árbol que se ha caído, debido a las lluvias, bloqueando la carretera. Aquí es muy habitual. Unos chicos de apenas dieciocho años con un hacha como la que tenemos en mi casa para cortar leña para la chimenea se empeñaban en cortar al mastodonte. Es peligroso permanecer en esa carretera cuando llega la noche, hay ladrones y soldados que viene a ser lo mismo. Nuestra directora en terreno, Lorena decide que vayamos marcha atrás unos metros y tomemos un camino alternativo, si la carretera principal es un barrizal imaginaos un camino secundario, hay socavones de más de treinta centimetros. Después de pocos metros nos encontramos con otro árbol caído cerrando el paso, saltamos del coche, bajo la lluvia, calados hasta los huesos entre cuatro adultos conseguimos moverlo y dejar el paso libre. Al volver al coche un niño de apenas diez años, se acerca y me dice algo en swahili, no le entiendo pero un congoleño que nos acompaña me lo traduce, el niño dice que si le damos algo de dinero para comer el moverá el árbol para que podamos pasar.
Hasta tres veces tuvimos que repetir la operación de quitar árboles caídos. Me han explicado que es debido al tipo de raíz, son superficiales y claro el agua de la lluvia hace que caigan. Cuando por fin y después de cuatro horas llegábamos a Bukavu vemos un cañón. Los rumores dicen que se están moviendo las tropas del norte hacia aquí en un intento de consolidar esta zona y ofrecer a las tropas ruandesas una entrega pactada de los grupos de guerrilleros que andan por aquí. Son rumores pero es que es la única información de que disponen los ciudadanos de esta zona, no se venden periódicos y la radio no sé hasta que punto es fiable ni si todo el mundo tiene una. Hay televisiones pero en las zonas rurales no llega la señal, bueno ni siquiera hay luz dos días seguidos.
Al día siguiente nos dicen que la fila de coches que esperó para que cortaran el árbol llegó cerca de las diez de la noche, tardaron cinco horas en acabar con el coloso.
Hasta tres veces tuvimos que repetir la operación de quitar árboles caídos. Me han explicado que es debido al tipo de raíz, son superficiales y claro el agua de la lluvia hace que caigan. Cuando por fin y después de cuatro horas llegábamos a Bukavu vemos un cañón. Los rumores dicen que se están moviendo las tropas del norte hacia aquí en un intento de consolidar esta zona y ofrecer a las tropas ruandesas una entrega pactada de los grupos de guerrilleros que andan por aquí. Son rumores pero es que es la única información de que disponen los ciudadanos de esta zona, no se venden periódicos y la radio no sé hasta que punto es fiable ni si todo el mundo tiene una. Hay televisiones pero en las zonas rurales no llega la señal, bueno ni siquiera hay luz dos días seguidos.
Al día siguiente nos dicen que la fila de coches que esperó para que cortaran el árbol llegó cerca de las diez de la noche, tardaron cinco horas en acabar con el coloso.
Este domingo entregaremos todo el material!
Yolanda
Cooperante de la ONG
lunes, 6 de abril de 2009
POR FIN EL MATERIAL LLEGA A LWIRO
Nuestros 150 kilos no caben en un coche así que tenemos que contratar un taxi para llevarlo todo. El aspecto de la carretera a Lwiro, la vía principal que une Bukavu (Kivu-Sur) con Goma (Kivu-Norte), es un espectáculo diferente cada día, de colores y miseria instalada ahí. Tenderetes de cosas en el suelo que no se sabe muy bien quién va a comprar, canteros picando piedra para mejorar la carretera, mujeres que sustituyen el trabajo de las mulas, cargando enormes pesos y hombres despreocupados deambulando por ahí, camiones abarrotados con cuarenta o cincuenta personas que bajan del norte, cada uno habrá pagado unos cinco dólares por el viaje, en una zona donde un sueldo normal está alrededor de los 80$. Cuanto tardan en hacer los 90 kilómetros de recorrido lo desconozco pero a nosotros 30 kilómetros nos suponen dos horas y eso con suerte. Cuando llueve mucho, es decir, cada día, sin un camión o un cuatro por cuatro simplemente no puedes circular. El barro endurecido y aplastado por el agua es una pista resbaladiza. Por fin después de dos horas de continuos baches, saludos y sonrisas a los niños del camino llegamos a Lwiro.
En Lwiro se encuentra el Centro de investigación de ciencias Naturales, centro gubernamental con el que colaboramos con el fin de paliar el altísimo nivel de transmisión de enfermedades entre los animales -salvajes y domésticos- de la zona y los humanos. Equipando un laboratorio, dando formación para la prevención y con un estudio epidemológico realizado en la zona a los animales, esperamos reducir la cadena de transmisión de enfermedades. También está aquí uno de los pocos centros de recuperación de animales salvajes (Santurio de primates de Lwiro), especialmente chimpancés, en grave peligro de extinción. Coopera ha asumido la gestión y mantenimiento de este lugar, ya que por un lado ayuda en esa investigación de enfermedades y por otro es una herramienta para educar enlal conservación a las nuevas generaciones. Con el ejemplo de una buena gestión los empleados ven que cobran sueldos cada mes y eso mejora sus vidas y las de sus familias. Además en un lugar como este conservar la naturaleza y poder vivir de ella es algo fundamental. Lwiro se encuentra a 1700 metros de altitud en las faldas del parque nacional patrimonio de la humanidad, Kauzi-Biega. Es un lugar espectacular y con enorme potencial para desarrollar al economía de la zona.
En tres días se juntarán los tres equipos que se crearon en octubre, eran niños que andaban por ahí, pidiendo dinero a cualquier blanco que veían o haciendo no se sabe qué. Ahora entrenan dos horas cada día, llueva o haga sol y todo gracias a los esfuerzos de Coopera y el apoyo del Athletic, pero sobre todo a un hombre que desinteresadamente está ahí cada día, el entrenador y responsable del los tres equipos, Vincent.
En Lwiro se encuentra el Centro de investigación de ciencias Naturales, centro gubernamental con el que colaboramos con el fin de paliar el altísimo nivel de transmisión de enfermedades entre los animales -salvajes y domésticos- de la zona y los humanos. Equipando un laboratorio, dando formación para la prevención y con un estudio epidemológico realizado en la zona a los animales, esperamos reducir la cadena de transmisión de enfermedades. También está aquí uno de los pocos centros de recuperación de animales salvajes (Santurio de primates de Lwiro), especialmente chimpancés, en grave peligro de extinción. Coopera ha asumido la gestión y mantenimiento de este lugar, ya que por un lado ayuda en esa investigación de enfermedades y por otro es una herramienta para educar enlal conservación a las nuevas generaciones. Con el ejemplo de una buena gestión los empleados ven que cobran sueldos cada mes y eso mejora sus vidas y las de sus familias. Además en un lugar como este conservar la naturaleza y poder vivir de ella es algo fundamental. Lwiro se encuentra a 1700 metros de altitud en las faldas del parque nacional patrimonio de la humanidad, Kauzi-Biega. Es un lugar espectacular y con enorme potencial para desarrollar al economía de la zona.
En tres días se juntarán los tres equipos que se crearon en octubre, eran niños que andaban por ahí, pidiendo dinero a cualquier blanco que veían o haciendo no se sabe qué. Ahora entrenan dos horas cada día, llueva o haga sol y todo gracias a los esfuerzos de Coopera y el apoyo del Athletic, pero sobre todo a un hombre que desinteresadamente está ahí cada día, el entrenador y responsable del los tres equipos, Vincent.
Viajar en coche por un país como Ruanda es un espectáculo para los ojos de un europeo, en las cunetas que no existen, caminan cientos de personas, aquí casi todo el mundo se mueve a pie. Todo es color y movimiento, las mamas con sus niños y varios kilos colgando de sus cabezas, niños jugando, hombres que se dirigen a algún lugar, todo pasa en un escenario de colinas verdes, plataneros y huertas. Después de cinco horas y casi cuatro de ellas sobre asfalto,-lo cual es un lujo aquí- llegamos a la frontera. Aquí el nerviosismo ha aumentado considerablemente, y de pronto ya no hay asfalto... solo barro. La gran preocupación, las cajas, se olvida por un rato, no me quieren dejar entrar. No tengo visado y nunca he estado así que debo volver por donde he venido y conseguir el visado, en ese punto dejo parlamentar a nuestras compañeras, que han venido a recogernos, con la funcionaria. Al cabo de veinte minutos todo se soluciona pagando y me dan el papel para poder entrar. Ahora todos miran a los 150kilos de cajas pensando que nos va a costar un dineral que nos dejen llevarnoslas…pero sin razón ni porque, como suele suceder aquí, el empleado responsable de levantar la baliza se acerca y Lorena le da cinco dólares…ya está! Pasamos nosotros y las cajas y de nuevo mis compañeros creen que ha sido un milagro.
Lo que más choca al cruzar los veinte metros de frontera y llegar a Bukavu es el suelo, todo es un barrizal además ahora es la época de lluvias. Hay enormes socavones y baches, todo el suelo está desgastado por la gran cantidad de agua que cae cada día. No hay carretera, no hay aceras, hay coches y muchas motos, en la RDC la preferencia es del vehículo así que mejor apartarse a cada pitido, que suele ser continuamente o te tirarán. Por fin y desde que dejamos Bilbao hace dos días,llegamos a la sede de Coopera en Kivu-Sur, a la casa de Bukavu. Toda la ciudad se extiende al borde del lago Kivu, famoso entre otras cosas por ser donde arrojaron una gran parte de los cientos del miles de muertos durante el exterminio de Ruanda. La casa está en un península que se adentra en el lago, a pocos metros está la sede de la MONUC y varias casas de otras ONG. Pero el proyecto se desarrolla en varias localidades a pocos kilómetros de Bukavu y la mayor parte en Lwiro, un pequeño pueblo a apenas treinta kilómetros, pero dos horas de trayecto en coche.
Ahí nos dirigiremos en un par de días, con todo el material.
Lo que más choca al cruzar los veinte metros de frontera y llegar a Bukavu es el suelo, todo es un barrizal además ahora es la época de lluvias. Hay enormes socavones y baches, todo el suelo está desgastado por la gran cantidad de agua que cae cada día. No hay carretera, no hay aceras, hay coches y muchas motos, en la RDC la preferencia es del vehículo así que mejor apartarse a cada pitido, que suele ser continuamente o te tirarán. Por fin y desde que dejamos Bilbao hace dos días,llegamos a la sede de Coopera en Kivu-Sur, a la casa de Bukavu. Toda la ciudad se extiende al borde del lago Kivu, famoso entre otras cosas por ser donde arrojaron una gran parte de los cientos del miles de muertos durante el exterminio de Ruanda. La casa está en un península que se adentra en el lago, a pocos metros está la sede de la MONUC y varias casas de otras ONG. Pero el proyecto se desarrolla en varias localidades a pocos kilómetros de Bukavu y la mayor parte en Lwiro, un pequeño pueblo a apenas treinta kilómetros, pero dos horas de trayecto en coche.
Ahí nos dirigiremos en un par de días, con todo el material.
EL MATERIAL DE LA FUNDACIÓN ATLHETIC VIAJA DE BILBAO A LWIRO
David, director de la ONG, Ainare, primatóloga responsable de una buena parte del proyecto en Lwiro y yo, nos encontramos en el aeropuerto de Bilbao, son las cinco y media de la madrugada y nos espera el avión que nos llevará a Bruselas. Con nosotros llevamos 150 kilos de maletas y cajas, la mayor parte son las equipaciones y material de entrenamiento que ha donado la Fundación Atlhetic, también hay ropa deportiva donada por gente anónima que de alguna forma quiere agradecer la emoción que sintieron al oir su himno cantado por los niños de Lwiro.
Ahora si, desde Bruselas otro avión que nos llevará a Ruanda. Es mi primer viaje a África pero mis compañeros especialmente Ainare tienen más experiencia, así que me dejo llevar por ellos. En mis entusiasmo e ignorancia disfruto cada momento pero ellos están bastante preocupados por todas esas cajas, temen que en la aduana ruandesa, nos registren, abran todo o peor aún nos exijan dinero o se queden con algo…
Al bajar del avión lo primero que siento es el olor, -este es el olor de África me dice alguien- es increíble y denso y es cierto solo aquí huele así.
Un amable trabajador de la aduana deja su puesto y se acerca en cuanto ve el volumen de nuestro equipaje. Me pregunta por el contenido y adonde vamos con el. Le convenzo de que no son cosas para vender sino que es material deportivo donado por algunas personas en España para unos niños que viven en su país vecino, en Lwiro. No se si ha sido una gran idea, están en una especie de semi guerra con la RD del Congo…me ofrezco a abrirlo…pero me dice que adelante que todo esta bien.
Mis compañeros no se lo pueden creer…pero creen que mañana cuando lleguemos a la frontera de la RD del Congo no tendremos semejante suerte.
Ahora si, desde Bruselas otro avión que nos llevará a Ruanda. Es mi primer viaje a África pero mis compañeros especialmente Ainare tienen más experiencia, así que me dejo llevar por ellos. En mis entusiasmo e ignorancia disfruto cada momento pero ellos están bastante preocupados por todas esas cajas, temen que en la aduana ruandesa, nos registren, abran todo o peor aún nos exijan dinero o se queden con algo…
Al bajar del avión lo primero que siento es el olor, -este es el olor de África me dice alguien- es increíble y denso y es cierto solo aquí huele así.
Un amable trabajador de la aduana deja su puesto y se acerca en cuanto ve el volumen de nuestro equipaje. Me pregunta por el contenido y adonde vamos con el. Le convenzo de que no son cosas para vender sino que es material deportivo donado por algunas personas en España para unos niños que viven en su país vecino, en Lwiro. No se si ha sido una gran idea, están en una especie de semi guerra con la RD del Congo…me ofrezco a abrirlo…pero me dice que adelante que todo esta bien.
Mis compañeros no se lo pueden creer…pero creen que mañana cuando lleguemos a la frontera de la RD del Congo no tendremos semejante suerte.
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